implacablemente ganando la batalla
esta pequeña gota de cristal
que a fuerza de dolores por tu corazón te desgarra.
Cuando ya has extendido la bandera blanca,
pañuelo de tus desdichas,
ya pronto a entregarte a la desolación de rodillas,
ésta se burla, huye, se oculta,
da la espalda para volver a atormentarte,
te roba los gritos y te deja, perplejo, abandonado,
ya no sentiras ni el consuelo
de sobre la herida poder echar su sal,
su humedad transparente,
su calidez tan suavemente amarga.
Rodará por dentro de tu cuerpo,
como esos secretos que nunca te cuentas,
nunca saldrá a la luz
por mucho que supliques sin esperanza.
Se ahogaron en tu garganta sin jamás llegar a nacer.
Adivina, adivinanza, ¿cuál es la respuesta?
Quisiera derramarlas,
pero no llego a verlas jamás.
ésta se burla, huye, se oculta,
da la espalda para volver a atormentarte,
te roba los gritos y te deja, perplejo, abandonado,
ya no sentiras ni el consuelo
de sobre la herida poder echar su sal,
su humedad transparente,
su calidez tan suavemente amarga.
Rodará por dentro de tu cuerpo,
como esos secretos que nunca te cuentas,
nunca saldrá a la luz
por mucho que supliques sin esperanza.
Se ahogaron en tu garganta sin jamás llegar a nacer.
Adivina, adivinanza, ¿cuál es la respuesta?
Quisiera derramarlas,
pero no llego a verlas jamás.
5 comentarios:
Curioso, lo que nos cuesta a algunos, y lo fácilmente que se derraman en la tele.
Abrazos, siempre
La vida es bella.
Un abrazo
Lutar consigo é a verdadeira batalha, nós somos nosso maior inimigo. Ótimo, Fénix.
Lendo-te , quase deixei cair uma lágrima. Essa seria doce, pela beleza de teus versos. Abraços Fénix.
Muy bien traído (y ocultado), Fénix, enhorabuena. Y desde un tiempo futuro que ya llegó, feliz año te dé, aquella u otra, de estas embebidas...
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