miércoles, 1 de noviembre de 2017

Se levantó como siempre, tarde. Aún así, el día todavía era largo, y lleno de posibilidades. Pensó, con optimismo, que aquél sí que iba a ser un día provechoso. Pero poco a poco lo fue retrasando,  poco a poco lo fue dejando morir. Quería hacer tantas cosas... Ése era su problema. No, su problema era que soñaba demasiado con hacer muchas cosas. No, su problema era que soñaba demasiado con cosas que no podía hacer. No, su problema era que no podía hacer nada. No... A aquéllas alturas  no sabía cuál era su problema. Entonces se ofuscaba, y trataba de distraerse, pero quería hacer tantas cosas que se ahogaba en la indecisión. Finalmente, optó por lo de siempre. Perdió el tiempo. El día se hizo negro y se fue a dormir. Como siempre, tarde.

No hay comentarios: